Etimología de la palabra vampiros.

Escrito por Pilar Guiroy

El término inglés ‘vampiro’ (vampire), deriva del alemán ‘vampir’, que a su vez llega aproximadamente a principios del siglo XVIII del serbio вампир/vampir, o del húngaro vámpír. El serbio y el húngaro tienen paralelos en casi todas las lenguas eslavas como se puede ver: búlgaro вампир (vampiro), checo y eslovaco upír, polaco wąpierz y upiór, ruso упырь (upyr'), bielorruso упыр (upyr), ucraniano упирь (upir'), del ruso antiguo упирь (upir'). La etimología es incierta. La palabra eslava puede- al igual que su familiar cuyo significado es ‘bat’-, contener una raíz proto indoeuropea para el verbo ‘volar’.

El primer uso registrado de la forma rusa antigua Упирь (Upir') se cree que está en un documento que data de 6555 (1047 A. de C.). Se encuentra en el colofón de un manuscrito del Libro de los Salmos, escrito por un sacerdote que transcribió el libro del Glagolítico al Cirílico para el príncipe nóvgorodiano Vladimir Yaroslavovich. El sacerdote escribió su nombre, “Upir’ Likhyi” (Упирь Лихый), que significa algo así como “vampiro malvado” o “vampiro infecto”. Este extraño nombre fue citado como ejemplo del paganismo sobreviviente y/o del uso de sobrenombres como nombres personales.

Sin embargo, en 1982, el eslavicista suevo Anders Sjöberg sugirió que ‘Upir’ Likhyi’ era en realidad una trascripción y/o traducción del ruso antiguo del nombre Öpir Ofeigr, un conocido tallador de runas sueco. Sjöberg argumentó que Öpir posiblemente había vivido en Nóvgorod antes de mudarse a Suecia, considerando la conexión entre el Este de Escandinavia y la Rusia de ese momento.

Esta teoría aún crea controversia, aunque al menos un historiador sueco, Henrik Janson, ha expresado su apoyo a ella. Otro uso original de la palabra del ruso antiguo está en el tratado contra el paganismo “Word of Saint Gregory” (Palabra de San Gregorio), fechado entre los siglos XI y XIII, cuando fue registrada la adoración pagana del upyri.

El primer uso bien documentado de la palabra “vampiro” en Occidente viene de Austria en informes preparados por oficiales austriacos entre 1725 y 1732, que investigaban  rumores sobre vampiros que se levantaron de entre los muertos para atacar a los pobladores.