jueves, 3 de noviembre de 2011

El Brucolako

Son vampiros provenientes de las regiones griegas de Tesalia y Epiro, su piel es dura y áspera, y su potente voz corta la noche en busca de alguien que responda a su llamada. Es amante de la sangre tanto como del vino.

Existen sólo dos formas de matarlo: quemarlo, o atravesarlo en la cabeza con una rama de fresno, teniendo la precaución de no herir sus ojos, de otra manera, el vampiro pronto recobraría sus fuerzas. Otra de las advertencias que nos hacen los eruditos, es que sólo es posible enfrentarlo durante el mediodía, ya que el Brucolaco puede inmovilizar al atacante con su mirada, aunque su tumba sea abierta durante el día. Aparentemente, sus poderes persuasivos disminuyen cuando el sol alcanza su cénit, razón por la cual algunos sabios han trazado un paralelo entre los Brucolacos y ciertos burgueses, quienes como todos sabemos, son menos virulentos a la hora de la siesta.

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